¿Cuál es la relación del habla y desarrollo orofacial con la alimentación de tu bebé?

Muchas veces como padres no conocemos la relación que hay entre los órganos que participan en la producción del habla y la alimentación de nuestros hijos.

Lic. Anichelo Müggenburg Rosa - Redactora: Alejandra Santacruz

La alimentación les da a los niños la fuerza en los músculos que participan en la articulación del lenguaje oral, principalmente los músculos de los labios, lengua y mandíbula. Todo comienza desde la lactancia materna hasta que el niño logra los alimentos sólidos.

El habla, por ejemplo, es la producción de los sonidos en dónde el área orofacial involucra las estructuras y musculaturas que se deben ir desarrollando y ejercitando desde el nacimiento.

Para ponerte en contexto, un niño que no ejercita la lengua formando el bolo alimenticio, ni la mandíbula triturando el alimento, va a tener dificultad para producir sonidos en los que estas estructuras están involucradas, como sería el caso de los sonidos /l/ o /r/.

Un niño que realiza el cierre labial alrededor del pecho materno y de la cuchara o vaso, hace que estos músculos vayan adquiriendo la fuerza y coordinación adecuada para la articulación de fonemas como /m/ o /p/, en donde se necesita que haya un buen cierre de los labios.

¿Qué pasa cuando en casa no le proporcionamos la alimentación adecuada para la edad específica del niño?

Van a presentarse patrones que influyen de manera negativa en el habla, como podría ser la lengua afuera, babeo, respiración oral y boca abierta.

Aquí, un error común, es que muchas veces, por comodidad o rapidez, se les da a los niños la comida en puré. Con esto no solamente los privamos de saborear diferentes alimentos, sino que también dejan de estimular adecuadamente el área orofacial.

A un niño al que se le alimenta únicamente con base en papillas no tiene el mismo desarrollo sensorial que al niño al que se le presentan diferentes texturas, colores, sabores y temperaturas.

Cada alimento le da al niño diferentes estímulos, por eso, si el método de la alimentación que elegiste para comenzar, es el tradicional, debes considerar, a partir de los 9 meses, evolucionar la presentación de alimentos a semisólidos y posteriormente a sólidos.

Así es como tu pequeño podrá empezar a desarrollar habilidades orofaciales, a través de diferentes alimentos, con sus texturas, sabores y olores.

En este proceso también se encuentra relacionado el lenguaje y sus múltiples expresiones. Si quieres fomentar el desarrollo del habla, por ejemplo, por medio de la alimentación, te compartimos algunos consejos:

1. Usar vasos entrenadores a partir de los 12 meses. Cuando se le da el chupón de la mamila por más tiempo del adecuado se pueden desarrollar mal oclusiones que podrían problemas de articulación.
2. Cuando se les empieza a dar papillas, utilizar cucharas planas y tratar de fomentar que ellos limpien el exceso de comida alrededor de sus labios utilizando la lengua y moviéndola en todas las direcciones, es lo ideal.
3. Hay que proporcionarle variedad de colores, sabores, texturas, temperaturas y tamaños en su alimentación.
4. El uso de popotes puedes presentarlo a partir de los 8 meses y es muy recomendable. El tomar los líquidos con ayuda de popote, ayuda a fortalecer los labios y el control de la lengua.
5. Hay que tener en cuenta que la forma de masticar, debe ser con la boca cerrada y sin sacar la lengua o derramar alimento mientras se mastica. Los alimentos crocantes dan fuerza en la boca.

6. No permitir que el niño mastique los alimentos y luego los escupa sin tragarlos, ya que lo que queremos es fomentar que la laringe tenga la suficiente fuerza para producir sonidos del habla y posteriormente palabras.

7. Al introducir los alimentos sólidos se recomienda no picar los alimentos en trozos muy pequeños, porque así desaprovechas la oportunidad de fortalecer su mandíbula al momento de cortar los alimentos con sus dientes.

8.  Respetar su ritmo de adaptación a los diferentes alimentos sin forzar, ni regañarlo. No ofrecerles alimentos antes de tiempo, es decir, respetar las etapas de desarrollo.

Todo tiene su ciencia y en esta, es así como influye el área orofacial en la introducción de alimentos sólidos para nuestros pequeños/as.

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